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Por : Francisco Cardona/ EditorLa ceremonia de conmemoración para honrrar las víctimas del 9-11, como en años anteriores, no augura mayores variantes, salvo las flores y rosas que se apostarán una vez más en los lugares simbólicos de la gran "zona cero". Caso similar sucederá con las medidas de seguridad plagadas de tecnología a través de cámaras sofisticadas y cientos de policías con uniformes azules, armados como para otra guerra. Los organismos de seguridad controlan la ciudad en los Subways o túneles 48 horas antes, en los sitios cercanos y en los alrededores donde ocurrió la tragedia más grande de los Estados Unidos. La ciudad de los rascacielos se ha levantado del golpe terrorista y, el dolor que parecía perenne y soslayado, lentamente se esfuma entre los recuerdos de una sociedad que ha aprendido a olvidar mas no a perdonar.Nueva York es un Estado distinto a los demás por cuanto el eje y motor de su desarrollo son los grandes negocios. Y esa visión económica de sus gobernantes se plantea por encima de intereses políticos a pesar de las amenazas extremistas. En un poco mas de cinco años los alcaldes Bloomberg y De Blasio empezaron a considerar la forma de obtener divisas e ingresos producto del desastre y pronto acogieron un proyecto para hacer de la tragedia un vínculante turístico que en medio de ensordecedores ruidos, empezó a generar millones de dólares y como valor agregado a generar empleo en turismo y construcción. Poco a poco miles de curiosos de todos los rincones de la tierra se han dado cita desde las primeras exposiciones polvorientas de éste ícono lugar en Manhattan. Unos para comprobar con sus propios ojos la magnitud de la tragedia ., otros para satisfacer el morbo de ver la caída del imperio.Asi, aterrorizados por el increíble y confuso hecho, el turismo, las autoridades locales y empresas privadas dotaron y clasificaron las piezas clave para atraer a miles de turistas hacia el "atractivo" más importante de la ciudad de Nueva York: "el futuro World Trade Center"
El museo del 11-S ha recibido millares de turistas de todo el mundo desde su inauguración en el 2014. En la foto el ex-alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg enseña algunos restos de la tragedia al presidente Barack Obama. Se observan también Michael Obama, Hillary Clinton y el expresidente Bill ClintonTravesía y accesos para arribar a la zona ceroLa gran Manzana es especial en todo, hasta para sacarle provecho a los momentos críticos y difíciles. Aquí, en verdad no se duerme, ahora mucho menos con el EI (Estado Islámico) latente. Desde Broadway, City Hall, Fulton Street -sectores aledaños a la única torre ergida como trapezoide (the freedom tower) - los turistas atraviesan las calles atrancadas por vendedores de paquetes o planes turísticos para recorrer y conocer la ciudad. Todos, sin excepciôn, quieren subir a la torre y pasear -según el presupuesto- por el extravagante museo donde hierros retorcidos, plaquetas y ruinas de computadores sobresalen en un edificio que se ha convertido en el centro histórico de aquél memorable día. Pero lo que más llama la atención y que se considera como el área espiritual y de reflexión de todo el lugar son las dos enormes piscinas adornadas por el impacto visual y sonoro de millones de litros de agua que caen en su interior. Dos enormes huecos simbólicos de las torres gemelas y en cada centímetro de la fría y gris loza se distinguen y leen los nombres de las casi 3000 mil víctimas del ataque.
Toda la baranda que rodea a cada una de estas dos fuentes aparece grabada con los nombres de todos los fallecidos del 11 de septiembre de 2001Niños, adultos, americanos, latinos, europeos y chinos se adentran en un recorrido que aún presenta obstáculos por las mallas y señales que delimitan y guían desde tempranas horas los turistas que arrivan como hormigas. Cada quien porta su cámara o celular, según el gusto - . Lentes largos sostenidos por sofisticados pedestales graban sin cesar en un acto casi cinematográfico. Desde que se llega al sitio hasta que termina el recorrido hay que tener la billetera lista para obtener cualquier elemente curioso alusivo a las gemelas. Para subir al mirador se hace por secciones en dos o tres paradas en 60 segundos hasta alcanzar el observatorio . Son casi 360 grados para divisar la ciudad desde la enorme mole de cemento de 541 metros de altura, adornada por el Hudson y los largos puentes que comunican Manhattan con las otras ciudades. Símplemente es apoteósico y "nada que ver" dicen algunos con referencia a las torres gemelas.Osea que si antes los miradores de las torres eran un buen negocio para las compañías turísticas, hoy, a 24 horas de conmemorar 15 años del día fatídico de Estados Unidos tenemos, por ahora, un observatorio, un museo, otro edificio en construcción diagonal a la torre más alta y tiendas de revistas y vendedores por doquier tratando de instruir a propios y extraños, el antes y el después. En éste sentido, Down Town o Bajo Manhattan es hoy en día un lugar estratégico para Wall Street y para los inversionistas europeos, Chinos, Rusos y paradógicamente, Árabes que se han empeñado en transformar con edificios modernos de 50 y 60 pisos el sitio más simbólico economicamente de los neoyorquinos.
En pocos años veremos el nuevo World Trade Center tal como aparece en la foto. Hasta el momento se han construído tres edificios, un museo, dos piscinas o estanques de agua rodeaos de árboles y la estación del tren o Path que comunica con New JerseyLo bueno, lo malo y lo feoLo malo de todo, como en las viejas películas del Oeste, ha sido la desaparición de pequeños comerciantes como pizzerías, tiendas de calzado, de ropa y restaurantes que no soportaron la ineludible tasa de impuestos.Lo bueno, la nueva cara de la ciudad con inponentes estructuras de hierro y concreto que marcan la nueva era de la economía mundial. Y lo feo, a parte del impaco ambiental, es que ésta área va a ser exclusiva para ricos, famosos y multimillonarios. !feo para los pobres, por supuesto!Algunas notas y curiosidades del 9-11El 11S, es una zona de contrastes entre la conmemoración, el recuerdo de las víctimas, y la explotación comercial.Muchos curiosos y turistas se preguntan si en realidad la demora para finalizar las obras obedece a un plan estratégico y económico para seguir generando dinero.La altura en pies de la nueva torre es de 1776, el año de la independencia de Estados Unidos, y la azotea está situada a 471 metros de altura, la que tenían las Torres Gemelas.De las obras ejecutadas hasta el momento, la estación "Oculus" o estación de Calatrava, nombre irónico que los críticos llaman a la nueva terminal de transporte de la zona, ha sido la obra más costosa y polémica. us/ 4.000 millones de dólares.Los costos de las entradas al museo y el observatorio van desde us/ 24.00 dol. a us/ 32.00 dol. para adultos y entre 15.00 y 25.00 dolares para niños y jubiados. Según cálculos y estadísticas desde la fecha de apertura han ingresado aproximadamente, en promedio, entre 10.000 y 15.000 personas por semana.