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Usted es el ridículo

12/02/2017 19:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La gente no vive solo de carreteras, escuelas u hospitales con sobreprecios. La gente vive de dignidad y eso, ustedes, nos lo quieren negar. Nos quieren negar el derecho a preguntar y eso no es ni ridículo, ni demagogo; eso propio de los ciudadanos libres, dignos y respetables

El general Paco Moncayo se dirigió al presidente Correa por Twitter. El general del Ejército ecuatoriano y héroe del Cenepa, en el tono más neutral le exigió al mandatario saliente que “nos dé la lista de los corruptos”.

Correa, acostumbrado al agredir, le espetó que “no sea ridículo y no haga demagogia con la lucha anticorrupción. Ni Brasil ni EEUU han dado los nombres, y usted lo sabe”.

¿Ridículo? ¿Demagogo? ¿Lucha anticorrupción?... ¿Cuál lucha?

Toda la información disponible sobre los escándalos de corrupción en Ecuador ha sido divulgada por la prensa internacional. Los casos Odebrecht, Petroecuador y Panamá Papers responden a informaciones difundidas por agencias de prensa internacionales. De qué lucha anticorrupción habla, señor presidente, si mientras esto se difundía, usted mismo salió a defender a sus empleados.  

Ninguna investigación judicial ha sido iniciada espontáneamente en Ecuador. Todas las investigaciones realizadas se activaron como respuesta a la presión de la opinión pública. Señor presidente, usted mismo ha tenido que retroceder en sus declaraciones. Hoy intenta lavar sus arremetiendos con insultos muy bajos a sus anteriores hombres de confianza.

¿Acaso somos ridículos los ciudadanos, señor presidente, por exigirle cuentas a usted, a su gobierno y a su partido político? ¿Somos demagogos por querer saber la verdad?

¿Por qué no fueron capaces de husmear en las cuentas bancarias, correos electrónicos o llamadas telefónicas de sus funcionarios o de sus testaferros?

Ustedes son los ridículos, señor presidente. Sus aparatos de inteligencia espían, acosan e intentar intimidar a los críticos a su gobierno; su policía política interviene la correspondencia electrónica, las llamadas telefónicas y las cuentas de las redes sociales de sus opositores. Con organismos estatales tan sofisticados ¿cómo no fueron capaces de identificar a los corruptos y los actos de corrupción de su gobierno? ¿Acaso su gobierno los está protegiendo? ¿Nos cree unos tontos, señor presidente?

Sus instituciones judiciales, sometidas bajo su poder, no son capaces de hacer lo que las justicias independientes del continente están haciendo en otros países. ¿Cómo se explica que en Guatemala, Panamá, Colombia y Perú ya haya resultados sobre el asunto, mientras aquí se tiende desesperadamente un velo para intentar postergar la investigación hasta después de las elecciones? ¿Teme perderlas, señor presidente, y que se sepa toda la verdad?

Si sus aparatos de espionaje pudieron comprobar los supuestos vínculos entre los Isaías, Páez y la CIA, ¿por qué no fueron capaces de husmear en las cuentas bancarias, correos electrónicos o llamadas telefónicas de sus funcionarios o de sus testaferros? ¿Por qué no intentaron desvelar los inexplicables incrementos en sus patrimonios, en la extraña prosperidad de los más fieles y agradecidos defensores de su revolución? ¿De qué lado juega usted, señor presidente?

A toda la maraña de espionaje correísta se le pasó por alto el depósito de 33, 5 millones dólares en las cuentas de los más altos dirigentes de su gobierno que, curiosamente, nadie sabe quiénes son. ¿Se les pasó por alto un valor equivalente en dinero al 10% de la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto, pero no violar la correspondencia electrónica de Martha Roldós o Fabricio Villavicencio por denunciar a su gobierno?

Se ha preguntado, señor presidente, ¿por qué su partido y candidatos son abucheados en todas partes? Porque la gente no vive solo de carreteras, escuelas u hospitales con sobreprecios. La gente vive de dignidad y eso, ustedes, nos lo quieren negar. Nos quieren negar el derecho a preguntar y eso no es ni ridículo, ni demagogo; eso es propio de los ciudadanos libres, dignos y respetables.

¿Acaso somos ridículos, señor presidente, por exigirle cuentas a usted, a su gobierno y a su partido político? ¿Somos demagogos por querer saber la verdad?

Quienes nos quieren esclavizados, sometidos, humillados son los auténticamente ridículos, señor Correa.  

@ghidalgoandrade  


Sobre esta noticia

Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (384 noticias)
Visitas:
5327
Tipo:
Opinión
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Creative Commons License
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