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Jorge Glas debe renunciar. Si no lo hace, el presidente Lenín Moreno debe pedir su renuncia. La Asamblea Nacional debe pedir la renuncia de Carlos Polit y Carlos Baca, pero en el caso de no conseguirla, deben enjuiciarlos políticamente cuanto antes y conseguir su destitución
Los allanamientos de cuerpos especializados a la Policía Nacional durante la madrugada de hoy dieron como resultado la inculpación de importantes personajes del correísmo. Una de estas personas es un tío del vicepresidente Jorge Glas.
Durante meses, la prensa crítica y actores de oposición, denunciaron estos vínculos pero nadie hizo nada. Lo mismo sucedió mientras se investigaba al padre del mismo funcionario, acusado de violar a una niña, estudiante del colegio que él mismo rectoraba.
Todos estos mismos sectores, autónomos del régimen, pidieron lo mismo: que el entonces vicepresidente Jorge Glas renuncie a sus altas funciones para evitar su posible interferencia en las investigaciones judiciales. No lo hizo y su sola presencia provocó retrasos injustificados, la fuga como posterior captura del violador y una sentencia injusta, sobre la que algunos aseguran que no la está cumpliendo el auténtico responsable, sino un impostor.
Pero él, el vicepresidente Glas, no es el único involucrado en el actual asunto. También lo está el todavía Contralor General Carlos Polit, quien goza de una licencia de atención médica desde hace unos días y se encuentra de visita en los Estados Unidos, país en donde, curiosamente, goza de la nacionalidad y de todos los fueros de un ciudadano americano en caso de que se solicite su extradición.
En el domicilio de Polit encontraron decenas de fajos de billetes y otras pruebas que están bajo la custodia de la Policía Nacional, lo que establece cierta relación con las acusaciones que hizo Carlos Pareja Yanuzzelli, el famoso CAPAYA, también prófugo de la justicia, sobre la entrega de maletines con dinero a Polit para conseguir, según el mismo Pareja Yanuzelli, informes favorables sobre millonarias contrataciones con el Estado, a favor de transnacionales clientas del correísmo. Esta versión, dudosa porque se trata del testimonio dado por un fugitivo de la justicia, todavía no se ha contrastado por medios judiciales. Sin embargo queda la duda.
Pero Polit ha manifestado, a través de su abogado, que el Fiscal de la Nación, Carlos Baca, ha iniciado una persecución política en su contra. Baca, antes de convertirse en Fiscal era asesor personal del entonces presidente de la República, Rafael Correa. Sin más mérito que este, sin haber ejercido ningún cargo judicial asociado al derecho penal, sin haber enseñado nunca en ninguna Universidad ninguna materia similar a esta área del derecho, sin haber ejercido nunca como abogado litigante en materia criminal, se convierte en el verdugo de su ex coideario político, desde el más alto órgano de investigación penal del Estado.
Citando a Ángel Felicísimo Rojas, “por donde se aplasta el dedo… salta pus” y eso es lo que hereda el gobierno en funciones
Carlos Polit es el mismo contralor que sintió ofendida su honra cuando un grupo de probos ecuatorianos investigaron las irregularidades en distintas y millonarias contrataciones efectuadas por el Estado y que la Contraloría, encabezada por Polit, nunca indagó. Al contrario, Polit, bajo un principio propio a la Revolución Ciudadana, confundió a la institución que dirige con su propia persona, y creyéndose él la reencarnación del órgano estatal, aseguró que los cuestionamientos de la Comisión Nacional Anticorrupción iban dirigidas en su contra. Entonces presionó de tal forma a la justicia para encausar a los ciudadanos que señalaron los casos de irregularidad y corrupción sobre los que el contralor Polit y la Contraloría del Estado se hicieron de la vista gorda. Como consecuencia, los vocales de la comisión fueron sentenciados por injurias e inmediatamente su pena fue perdonada por pedido del mismo Polit, aunque hayan sido juzgados siendo inocentes, todo para decir que “los jueces dieron la razón al injuriado”. La opinión pública no olvidará esa sentencia oprobiosa, ni el servilismo de la jueza que la expidió.
Poco tiempo después, el supuesto injuriado se convierte ahora en un “perseguido político” por las mismas razones. Pero agrega, otra vez el mismo Carlos Polit, a través de su abogado, que esto se debe a que él mismo había recopilado pruebas para establecer serias acusaciones en contra de Carlos Baca, el actual Fiscal de la Nación, por supuestos vínculos con actos de corrupción.
Carlos Pareja Yanuzzelli (alias CAPAYA), Carlos Baca Mancheno (alias CABAMA), Carlos Polit Faggonni (alias CAPOFA), fueron todos amigos y personas cercanas al círculo de Rafael Correa Delgado y sus vínculos con la corrupción proceden precisamente del régimen que el mismo Correa presidió y que el gobierno de Lenin Moreno debe investigar, transparentar y enjuiciar.
Entones, para permitir que las investigaciones fluyan, los funcionarios señalados deben renunciar, y en caso de que no lo hagan deben ser presionados a hacerlo.
Jorge Glas debe renunciar. Si no lo hace, el presidente Lenín Moreno debe pedir su renuncia.
La Asamblea Nacional debe pedir la renuncia de Carlos Polit y Carlos Baca, pero en el caso de no conseguirla, deben enjuiciarlos políticamente cuanto antes y conseguir su destitución.
Con este nivel de descomposición, heredado por la década nefasta del correísmo, Moreno se verá obligado a convocar a la instalación de una nueva Asamblea Nacional Constituyente que nombre nuevas autoridades, disuelva al poder legislativo compuesto subalternos dóciles al correísmo, y que destrabe la enorme crisis institucional que se ve venir.
Citando a Ángel Felicísimo Rojas, “por donde se aplasta el dedo… salta pus” y eso es lo que hereda el gobierno en funciones.
Mientras tanto, los ciudadanos en las calles, decepcionados por tanta corrupción, recuperamos la consigna dicha a la partidocracia y ahora al correísmo: ¡qué se vayan todos!
Con este nivel de descomposición, Moreno se verá obligado a convocar a la instalación de una nueva Asamblea Nacional Constituyente que nombre nuevas autoridades