El perdón, palabra tan repetida, hablada, comentada, sugerida, que llena espacios, libros, mensajes. Pero que es muy poco sentida y valorada.

Para que tenga su efecto, debemos sentirla, decirla, expresarla y manifestarla. No necesitamos tener a la persona en frente a nosotros en muchas de las ocasiones, tan solo debemos visualizarla y hablarle, comentarle y expresarle nuestro perdón; decirlo en voz alta mientras conducimos, estamos en casa o realizando alguna actividad en la que estemos solos.

En verdad que nos sentimos libres, porque nos lleva a tener mucha culpa y eso nos enferma, nos dan migrañas, dolores de cabeza o espalda, inclusive alergias o afecciones con nuestro sistema respiratorio, dolores de estómago o demás circunstacias que aunque vayamos a un médico en la mayoría de las ocasiones no nos encuentra causa física alguna.

Te perdono y pido perdón si alguna vez te causé daño o algún mal, Lo siento, no volverá a ocurrir. Gracias

El perdonar es un regalo para el alma y para nuestro cuerpo, nos hace vivir libres sin remordimientos, sin amarguras, tristezas o dolores.

Empecemos pues a perdonar y aunque aquella persona no lo haga con nosotros, nosotros estaremos libre de culpa ya eso depende de ella si lo acepta o no, pero muy por dentro de cada uno sentirá paz, alivio y sobre todo salud corporal.

Olvidar quizás demore en nuestra memoria pero siéntanse satisfechos de dar el primer paso: Liberar. Recuerdos, emociones, ataduras, que nos enferman y nos vuelven seres tristes en lugar de expresarnos con alegría y sin culpas.

El perdonar es un regalo para el alma y para nuestro cuerpo, nos hace vivir libres sin remordimientos, sin amarguras, tristezas o dolores

Te perdono y pido perdón si alguna vez te causé daño o algún mal, Lo siento, no volverá a ocurrir. Gracias