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El mundo actual envuelto en el pecado

27/07/2010 17:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Queridos hermanos, estamos tocando las puertas de los fieles de la Iglesia, de los practicantes y de los no practicantes

Exhortación a los Jóvenes Misioneros del Santo Padre

Entramos en esta misión por llamado directo del Espíritu Santo siempre al servicio de la Iglesia y guardia perfecto de la Fé.

Ahora nosotros queridos hermanos, estamos tocando las puertas de los fieles de la Iglesia, de los practicantes y de los no practicantes, estamos avivando la palabra de Dios en los corazones de sus criaturas, en este caminar también nos encontramos con ateos y protestantes y con ellos tendremos que practicar la tolerancia, así como ellos nos deberán respeto a nuestra fé.

Y como hacemos respetar nuestra fé conociéndola, no podemos desconocer nuestro catecismo e intentar evangelizar puerta a puerta, no podemos olvidar la doctrina de la Iglesia, así como su tradición y sus pronunciamientos sobre los problemas y pecados que se ciernen por el mundo.

Hace días recientes se aprobó en Argentina el matrimonio para personas del mismo sexo, la noticia recorrió el mundo, los medios publicitaron esta noticia minimizando el rechazo que genero por parte de la Iglesia y de la gran mayoría de ciudadanos argentinos, fue un triunfo rotundo para los que impulsan la cultura de la muerte.

El mundo actual esta envuelto en el pecado, y ese pecado esencialmente se debe como lo hemos hablado anteriormente al inicio del ciclo del pecado, la violencia y la desobediencia son participes fundamentales en esto, la irrespeto de la humanidad hacia su propia naturaleza, les hace caer en el pecado. La consecuencia de la homosexualidad es desconocer su naturaleza. Dios nos creo hombre y mujer, aquí no hay espacio para relativismos, ingenierías sociales, ni demás subjetivismos.

La Iglesia ataca al pecado no al pecador, por eso no debemos permitir este tipo de pronunciamientos de la justicia del mundo, que desea justificar la destrucción de la familia por la otorgación de un derecho que no es natural a las personas homosexuales.

No podemos dejar que se destruya instituciones básicas de la sociedad y que son parte fundamental del sostenimiento de la Iglesia, como son las familias, a estos ataca directamente la cultura pro muerte, mediante la promiscuidad, la erotización de la sociedad, la droga, el aborto y la homosexualidad. Y por eso es que hacemos esta misión para apedrear al demonio, para rescatar almas y para fortalecer la Iglesia manteniéndola unida en oración.

Esta unidad nos debe exigir acción también para así estar movilizados permanentemente combatiendo a la cultura pro muerte, es tan fácil para muchos dejar pasar y dejar hacer y producto de este ocio que también es pecado la sociedad se arrastra hacia el abismo, no podemos imponer leyes ni exigir al estado que intervenga, esta en nosotros promover una cultura de valores y principios morales en la sociedad y que sea el libre albedrio que nos otorgo Dios en el momento de la creación el que decida optar por la salvación o por la cultura pro muerte.

Estimados jóvenes ¿Qué valores y principios cultivamos en nuestras casas?

Estas situaciones como las vividas por el pueblo argentino se han dado por la intervención del estado, creando regulaciones que permitan dignificar actos sucios y de extrema maldad, el estado es así, las leyes se crean para proteger al corrupto y al delincuente, mientras que el resto de la sociedad tiene que defenderse por si misma, es ahí donde también entramos nosotros Jóvenes Misioneros del Santo Padre, nuestras visitas a los hogares deben ser un cargamento de valores y principios, que no deben quedar en el papel, sino partes de nuestro plan de vida.

Estimados jóvenes ¿Qué valores y principios cultivamos en nuestras casas? ¿Cómo llevamos nuestro plan de vida? ¿Cuál es nuestra opinión personal de la cultura de la muerte?

Tenemos que hacer este pequeño ejercicio de autoconocimiento que nos orientara para que cada uno lleve su misión de mejor manera, recuerden que el pecado es una traba, es una barrera, es un obstáculo, es nuestro deber vencerlo, somos la esperanza depositada en la Iglesia, así nos lo hace saber Cristo cuando nos dice que seamos “la sal del mundo”, no hay otra opción para obtener la vida eterna, la única opción es seguir a Cristo y su Iglesia, vivir en la cultura de la vida, en la cultura del amor, donde nosotros somos sus transmisores al llamarnos misioneros. Es nuestro deber escuchar este llamado del Espíritu Santo que nos invoca a través de su Iglesia por medio de la figura del Santo Padre.

El aborto es otro tema importante que tenemos que combatir, la cultura pro muerte asociada a ideologías perversas como el socialismo, crean derechos colectivos, para las llamadas minorías y es hasta ilógico ver como lesbianas defienden el derecho al aborto, cuando sabemos que por sus preferencias sexuales nunca podrán concebir y otras mujeres impulsadas por corrientes socialistas hablan del feminismo, cuando ante los ojos de Dios, Hombre y Mujer son iguales, por lo tanto en el mundo no debe haber cabida para machismos ni feminismos, la mujer ni el hombre son dueños de sus cuerpos, porque estos envases temporales son recipientes de nuestros espíritus y templos del Espíritu Santo, nuestro paráclito.

El aborto es pecado mirándose donde se mire, y es pecado compartido, la mujer al destruir su cuerpo y asesinar al hijo que lleva en su vientre y el hombre al ser cómplice y muchas veces autor intelectual y material de este crimen, es necesario entonces hacer énfasis en nuestras visitas a los hogares de estas realidades que golpean al mundo y de cómo con valores, principios y oración podremos apedrear al demonio, ahuyentar el pecado de los hogares y obtener familias santas.

Jóvenes Misioneros del Santo Padre, somos los humildes siervos de esta misión, somos los agricultores que sembramos esperanza nueva, somos la voz que clama en el desierto, así como la espada que ataca a Satanás, estamos todos nosotros simbolizados cuando María Santísima nuestra Madre le aplasta la cabeza a la serpiente con su talón.

Nunca sucumbamos en esta batalla contra la cultura de la muerte, no desmayemos hasta obtenerle a Dios y a la Iglesia un pueblo santo, esta en sus manos el futuro de la misión.

En Cristo Joven y María Madre de Amor,

Su líder y Amigo,

José Isidro


Sobre esta noticia

Autor:
José Isidro (66 noticias)
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Tipo:
Opinión
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