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Si algo ha caracterizado la historia del estado de Israel, incluso desde antes de su independencia, es la sensación de estar viviendo cada día un nuevo e importante acontecimiento que marcará nuestro futuro
Madrid, 31 de agosto de 2014
Alon Bar.
Embajador de Israel
Queridos amigos y amigas: ¡Shalom!
En muchos momentos de nuestra existencia como estado, los israelíes nos hemos sentido poco comprendidos por la comunidad internacional. Las decisiones, muchas veces difíciles y dolorosas, de los gobiernos de Israel son criticadas y condenadas por la prensa y la opinión pública de muchos países. Por todo ello, los israelíes sabemos reconocer y respetar, quizás mejor que nadie, la lealtad, el apoyo y las muestras de afecto de nuestros amigos. A lo largo de los años, en España y en otros muchos lugares, Remar ha demostrado una y otra vez su amistad y su simpatía hacia el Estado de Israel y hacia el pueblo judío. Son muchas las razones que explican la solidez y la fuerza de nuestros vínculos: compartimos el respeto y el afán de estudio de las enseñanzas y de los mensajes bíblicos; nos une la idea de la centralidad en nuestras vidas del amor a Jerusalén; y el deseo de que Israel alcance una paz justa y duradera con garantías de seguridad con sus vecinos. Estos anhelos y sentimientos compartidos son la base de nuestra mutua amistad.
No quiero dejar pasar esta oportunidad para manifestar mi reconocimiento y mi agradecimiento por vuestro permanente apoyo a Israel, incluso en momentos tan difíciles como los que estamos viviendo en estas últimas semanas.
No quiero dejar pasar esta oportunidad para manifestar mi reconocimiento y mi agradecimiento por vuestro permanente apoyo a Israel
Y, para terminar, me voy a permitir citar un texto de Torá, del Pentateuco (Génesis 12, 1-3): Dijo Dios a Abram: «Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos lo linajes de la tierra».