El otró día era feriado así que con la familia en casa y un poco de tiempo libre salí a dar unas vueltas en la bici, avancé hasta la parte céntrica del norte de la ciudad, ahí por donde hay centros comerciales y un gran parque donde puedes dar una cuantas vueltas sin molestar a nadie ni que te molesten.

Estaba circulando tranquilamente y de pronto junto a un semaforo me tope con esta imagen.

Una bicicleta fantasma, aparcada ahí como testimonio de que alguna vez una persona, un amigo, un padre, un hijo, la estuvo usando, disfrutando tal vez de una mañana de sol, pensando de pronto en lo que iba a hacer en la tarde con su familia y amigos. La bicicleta fantasma estaba ahí, contándonos que esta vida se trunco de pronto, ahí quedaron los sueños, las expectativas, los pequeños y grandes problemas, terminaron ahí.

Todos tenemos que irnos algún día, pero cuando alguíen se va por la imprudencia o intolerancia de un conductor que no respetó la luz del semáforo, que creyó que la vía era solo de él, o que pensaba que por tener un auto veloz la persona que estaba en la bicicleta era menos, es entonces cuando los que nos quedamos tenemos este sinsabor y está sensación de vacío más allá de toda explicación.

La vía es para los autos...... ¡no es así!

La vía es para los autos...... ¡no es así!, la vía la compartimos todos, algún rato nos toca cruzar por una intersección, y es entonces cuando impera la ley del más fuerte, una persona que pesa unos 70 kilos en promedio o un auto que pesa unos 1.200 kilos. ¿Quién tiene derecho de pasar primero?.

La gente que esta en el auto debe detenerse, ceder y priorizar el paso de peatones y otro tipo de vehículos sin motor. Los que estamos fuera del auto debemos ser prudentes, pero también exigir nuestros derechos.

Hay algunas bicicletas fantasmas en Quito, y también corazones que se quedaron azules, suspendidos, en pausa, contándonos con su testimonio sin palabras, que antes fueron rojos y llenos de vida, que amaban y eran amados.

Encontré en Quito lugares por los que transitas y obligadamente tienes que reflexionar