He leido durante estas últimas semanas editoriales, documentales, entrevistas y programas completos que abordan el tema de la libertad de expresión y sobre todo noticias de lugares o paises -para ser más preciso- en los que se vulnera el libre acceso a esta.

En Ecuador esa libertad nos era esquiva hace muchos años atrás, en este país quienes se creían dueños de la verdad eran los grupos de élite y las personas que de ellos formaban parte; personajes que de a poco han sido desplazados.

Ahora quieren engañarnos y empujarnos a pelear como carne de cañón a quienes vemos en la libertad de expresión una puerta de escape para levantar nuestra vos y mostrar nuestro descontento a situaciones que no son de nuestro agrado pero siempre basado en pruebas verificables o que son tan simples de recordar como lo que acabo de mencionar en la falta de libertad para poder expresar nuestro inconformismo.

Quieren usar a la población incauta, ingenua y hasta cierto punto ignorante como soldaditos de plomo que se forman y levantan el pecho en defensa de quienes se sienten heridos porque se les ha quitado los privilegios de los que gozaban hace años durante nuestra falsa democracia.

Quieren lanzar al pueblo a luchar contra el pueblo, nos muestran la parte de la verdad en la que supuestamente nos afectan con uno o dos dólares y con esos argumentos sensacionalistas influyen en la pobre gente humilde para que se levante a reclamar contra un gobierno que usando las mismas herramientas que se usaron para explotarnos ha logrado equilibrar en mucho la repartición de la riqueza en este estado democrático de DERECHO (reservado para los de dinero) que ha brindado en estos ultimos 4 años la reinvindicación del HUMANISMO EQUITATIVO (ya que todos somos iguales) brindandonos oportunidades a los que otra hora fuimos despreciados por no ser rubios de ojos verdes auque tengamos mejor preparación que ciertos funcionarios que lo unico que tenian en sus carpetas eran padrinos y sus certificados de bautizo.

En estas horas de democracia socialista en la que todos aportamos porcentualmente al engrandecimiento de un estado de acuerdo a nuestra capacidad, podemos notar quienes son aquellos que aunque viviendo en sociedad, se creen venidos de otras latitudes o peor aun de otros mundos y solo hablan de población cuando tienen la oportunidad de aprovecharse de su prójimo explotándolo tras la figura de contratarlo por horas o esclavisándolo con los miedos de perder su trabajo.

Libertad de expresión, suena utópico pero quizá sea un sueño posible cuando nos unamos y equilibremos fuerzas para vencer a quienes siempre han tenido como razón la suya.