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La tumba de Lasso

24/09/2016 21:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Pero Lasso no hará nada. Prefiere un alter ego idéntico a él. Eso es entendible, Lasso no se ve a sí mismo como un estadista, se ve como el gerente de un Estado

Lasso está empeñado en cavar su propia tumbar electoral. Posicionado como el opositor con las mejores posibilidades de acceder a la segunda vuelta electoral, el banquero candidato hace pocos esfuerzos para conectarse con la clase media, progresista, pluralista y democrática. Lasso tiene que hacer pocos esfuerzos para verse y presentarse como alguien de derecha. Es banquero, conservador y opus dei.

Si quiere hacer una buena campaña hacia la presidencia, Lasso tiene que acercarse al centro de la política, no alejarse. Tiene que plantearse desde lo contraintuitivo, desde el pluralismo democrático.

Pero Lasso prefiere tener marketeros que estrategas. Entonces prefiere a un hombre, empresario y conservador como binomio para buscar la presidencia, en lugar de alguien que le permita bañar de pluralismo su propuesta por demás conservadora. La sola insinuación de que fuera un aspirante con el perfil divulgado me recuerda el voto censitario de inicios de la república, dominado por las elites curuchupas.

Estos son otros tiempos. En lugar de escoger un hombre, católico, conservador y empresario, Lasso debería acompañarse de una mujer, joven, feminista, atea e izquierdista. Deberían compartir roles de organización de campaña y presentación de propuestas. Ambos serían los candidatos.

Esto acercaría a Lasso a un electorado de centro, de clase media, informado, educado y progresista. Ese electorado que está interesado en la coyuntura política actual, que tiene argumentos para discutirla, y que, tarde o temprano, exigirá del banquero algo más que videítos que cuenten sobre su sacrificada vida antes de convertirse en un millonario y que empiecen a explicar cómo funcionaría su gobierno, si sería conservador, machista y racista como el de Temer o centrista como el de Macri. Le exigirán datos, argumentos y propuestas sobre cómo salir de la crisis, cómo reactivar la economía, cómo crear empleo, cómo reducir las desigualdades, cómo proteger el patrimonio y los sueldos, cómo pacificar a las facciones de la política. Le exigirán, tarde o temprano, un verdadero discurso político.

Lasso necesita de un binomio contraintuitivo, que inserte en el debate estas demandas

Por eso Lasso tendría que conseguir algo casi imposible y plantear su propuesta política desde lo contraintuitivo. Alguien como él, a quien no le cuesta verse como un fanático de la religión y del libre mercado, debe pluralizar su propuesta política. Incorporar a los jóvenes es importante, pero no es suficiente. Agregar las demandas de los derechos de las mujeres es ideal, pero no es todo. Lasso tendría que abandonar su vocación empresarial y empezar a ver la política con el lente de la política. Eso exige ofrecer diagnósticos a los principales problemas sociales y propuestas de solución como lo haría un estadista, no como lo haría un banquero.

Lasso debe hablar de los problemas de la representación de los vulnerables desde una perspectiva de izquierda. Jóvenes profesionales con empleos precarios y sin empleo, mujeres mal remuneradas, discriminadas y estigmatizadas por el machismo heredado por el correísmo, sociedades enteras que se insertaron en alguna forma de empleo que hoy la perdieron, colegiales que se quedan fuera de la posibilidad de acceder a los estudios de una carrera universitaria, jubilados de hoy y de mañana que podrían perder los servicios de salud y sus pensiones por la quiebra provocada en la seguridad social, trabajadores que ya no tienen ninguna certeza en sus empleos ni sindicatos que los amparen, son las principales preguntas que se plantea un electorado que no se identifica con los spots de un Lasso sin ideología, sin ideas y sin norte.

Lasso necesita de un binomio contraintuitivo, que inserte en el debate estas demandas. Las demandas de los jóvenes, los de los trabajadores, de los sindicatos, de los maestros, de los médicos, de los periodistas perseguidos, de los líderes sociales criminalizados, de una nueva generación política, incluyente, pluralista y progresista. Lasso necesita una mujer, joven, feminista, atea e izquierdista.    

Pero Lasso no hará nada. Prefiere un alter ego idéntico a él. Prefiere un hombre, católico, terrateniente y conservador. Eso es entendible, Lasso no se ve a sí mismo como un estadista, se ve como el gerente de un Estado.

La izquierda puede estar tranquila, su principal adversario es inofensivo. Nadie ocupará el espacio en el electorado del centro clasemediero, mientras Lasso se rehúse a mirar la política como un fenómeno horizontal, inclusivo, pluralista y diverso.

La izquierda puede estar tranquila, su principal adversario es inofensivo

@ghidalgoandrade  


Sobre esta noticia

Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (384 noticias)
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Tipo:
Opinión
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