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El novelista irlandés John Banville y su álter ego Benjamin Black, autor de "turbadoras y críticas novelas policiacas", fueron galardonados este miércoles con el premio Príncipe de Asturias de las Letras "por su inteligente, honda y original creación".
Autor de libros como "El mar", que en 2005 le valió el Man Booker Prize, codiciado galardón literario británico, Banville, nacido en la localidad irlandesa de Wexford el 8 de diciembre de 1945, fue calificado como "el escritor de lengua inglesa más inteligente" por el crítico y teórico George Steiner, recordó la Fundación Príncipe de Asturias.
Su prosa, elegante, "se abre a deslumbrantes espacios líricos a través de referencias culturales donde se revitalizan los mitos clásicos y la belleza va de la mano de la ironía", consideró el jurado tras elegirlo entre 24 candidatos de 14 países para este premio que en su pasada edición recompensó al español Antonio Muñoz Molina.
"Sé lo maravilloso que es este premio, tanto cultural como históricamente, y, sinceramente, estoy muy orgulloso de que mi nombre sea añadido a la larga lista de grandes escritores que lo han recibido en el pasado", afirmó el novelista en un comunicado desde Dublín.
Pero más que un autor, Banville es dos, y así lo quiso reconocer el jurado recompensando también "a su otro yo, Benjamin Black, autor de novelas policiacas como "Christine Falls", con la que en 2006 inició una serie de thrillers protagonizados por el patólogo forense Quirke, al que el actor Gabriel Byrne da ahora vida en una adaptación de la británica BBC para la televisión.
Su prolífica serie policiaca continuó en 2007 con "The Silver Swan" ("El otro nombre de Laura"), y después con "The Lemur" (2008), "Elegy for April" ("En busca de April", 2011), "Muerte en verano" (2012), "Venganza" (2013) y "Holy Orders" (2013).
En su última obra, "La rubia de ojos negros", publicada este año, el álter ego de Banville resucitó al detective Philip Marlowe, creado en los años 1930 por el estadounidense Raymond Chandler.
- Dos autores en uno -
"Mis libros de Benjamin Black son un triunfo del gancho y la espontaneidad, mientras que Banville le da forma a las cosas lentamente, en la oscuridad durante años, con la esperanza de crear algo eventualmente", explicaba el autor, con su particular sentido del humor, en una entrevista reciente al diario británico The Guardian.
Y reconoció haber puesto muchos de sus recuerdos de infancia en las novelas de Quirke: "Están más conectadas a las circunstancias de mi vida que mis libros de Banville".
"Quirke vive en el apartamento de Dublín que heredé de mi tía y se mueve por los mismos lugares que yo cuando llegué a Dublín", una ciudad que siendo niño "me parecía un mundo mágico", recordó.
"Análisis intenso de complejos seres humanos", "descenso a la oscuridad de la vileza", "reflexión sobre los secretos del corazón": el jurado del Príncipe de Asturias elogió al autor de obras como "Nightspawn" (1971) o "Birchwood" (1973), quien dedicó varios de sus libros a la vida de eminentes científicos como Copérnico, Kepler o Newton.
El de las Letras es el quinto premio de esta 34ª edición de los ocho que otorga anualmente la Fundación Príncipe de Asturias, tras el galardón de Investigación Científica al químico español Avelino Corma Canós y los estadounidenses Mark E. Davis y Galen D. Stucky, el de Comunicación al humorista gráfico argentino Quino, el de Ciencias Sociales al hispanista francés Joseph Pérez y el de las Artes al arquitecto estadounidense Frank Gehry.
Los galardones están dotados con 50.000 euros (unos 65.000 dólares) y una escultura creada por Joan Miró, entregados cada otoño en una ceremonia que este año podría estar presidida por la pequeña Leonor, que a sus ocho años se convertirá próximamente en Princesa de Asturias cuando su padre suba al trono como Felipe VI tras la abdicación del rey Juan Carlos.