Jeison Murillo llegó la semana pasada al Real Club Celta de Vigo procedente de la Sampdoria italiana en calidad de cedido hasta final de temporada, con una opción de compra para el equipo gallego de 15 millones de euros.

El Celta se encuentra en una situación complicada, peleando por salir de los puestos de descenso. El objetivo del club en Septiembre era ocupar la parte media-alta de la clasificación, con la esperanza de poder volver a jugar competición europea. Sin embargo, la realidad le ha colocado en una situación límite. El presidente Carlos Mouriño y su equipo técnico han decidido reforzarse en el mercado invernal, y Murillo ha sido el primero en llegar.

No era sencillo su primer reto con la camiseta celeste. Los gallegos visitaban "la catedral" del fútbol español, el estadio de San Mamés, hogar de los "leones" del Athletic Club de Bilbao, y sede de la próxima eurocopa 2020.

Murillo tuvo mucho trabajo desde el principio. El athletic está peleando por colarse en los puestos europeos y arrancó el partido encerrando al Celta en su área. Con unas marcas férreas y demostrando una gran capacidad de anticipación, el defensa colombiano, ayudado por su pareja, el mexicano Araujo, y un inspirado Ruben Blanco, portero de la cantera viguesa, consiguieron mantener la portería a cero durante el primer cuarto de hora, conteniendo la velocidad de Iñaki Williams y la potencia de Raúl García, máximos exponentes de la delantera rojiblanca.

Ese gran desempeño defensivo permitió al Celta ganar metros y generar alguna ocasión de peligro en el área local,   hasta acabar con empate a cero la primera mitad del encuentro.

Jeison Murillo se mostró muy concentrado durante todo el partido, actuando con velocidad y anticipación en los cruces, y aportando confianza a un equpo que se caracterizaba por su debilidad defensiva

En la segunda parte, más confiado con la eficacia de su defensa, el Celta jugó cómodo y consiguió adelantarse en el marcador con un gol del brasileño Rafinha, hijo del mítico centrocampista Mazinho, campeón del mundo con Brasil en el mundial del 94 y leyenda del equipo celtiña.

Murillo y Araujo continuaron superando con solvencia los ataques de la delantera vasca, y solo a causa de una desafortunada mano de Fran Beltrán dentro del área llegó el empate de Raúl García, que marcó de penalti.

En el final del partido, necesitado por los puntos, el entrenador del Celta, Oscar García, decidió defender cerca de su área añadiendo un tercer central, el ganés Joseph Aidoo, que se unió a Murillo y Araujo con el objetivo de conservar el empate. El partido finalizó con 1-1 y el Celta suma un punto muy valioso en un escenario complicado.

Jeison Murillo se mostró muy concentrado durante todo el partido, actuando con velocidad y anticipación en los cruces, y aportando confianza a un equpo que se caracterizaba por su debilidad defensiva. Buenas noticias para el Celta y para el defensa colombiano, que tendrá una nueva oportunidad de demostrar su calidad el próximo Domingo a las 14 horas (hora española) en el partido que enfrenta al Celta contra el Eibar, donde Jeison Murillo se presentará ante su nueva afición en el estadio de Balaidos.