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Pero no quiero aburrirlos con una semblanza ni con una revisión de la historia económica moderna del país, voy a hablarles desde cuando me convencí de que la libertad es la mejor forma de vida
E Ste mes celebramos los 20 años del IEEP (Instituto Ecuatoriano de Economía Política), una institución que sin alardes ni grandes campañas publicitarias ha influido en la vida del Ecuador. Gracias al IEEP tuvimos a la dolarización como solución a la hiperinflación que nos hubiera llevado el seguir utilizando Sucres, sus conversatorios, conferencias, seminarios y demás espacios, fueron los que influyeron a los actores sociales y políticos como Joyce de Ginatta a impulsar estas ideas.
Pero no quiero aburrirlos con una semblanza ni con una revisión de la historia económica moderna del país, voy a hablarles desde cuando me convencí de que la libertad es la mejor forma de vida.
Naci en 1982, para muchos soy muy joven aun, pero siempre he sido consciente de la realidad del Ecuador, mis padres y mis vagos recuerdos de cuando era muy chico me trasladan a preguntas muy rebuscadas y que mis padres sabían solventar y si me sembraba la duda, yo mismo terminaba con alguna frase como "Algún día".
¿Como funciona el dinero, mamá? ¿Porque hay tanta necesidad en nuestro país? ¿Cómo funcionan los bancos? ¿Qué es una empresa? ¿Porque las personas trabajan?
Mis padres tuvieron que soportar estas preguntas desde que yo tenía 4 años, y luego las preguntas fueron siendo cada vez mayores, para algunas me tenían paciencia para otras no.
¿Para qué sirve un gobierno?
Admito que muchas veces saque de quicio a mis padres, luego casi ya no había preguntas, mi sueño ideal se había forjado, quería ser arquitecto y construirlo todo para que no hubiera necesidades de vivienda, ni de nada, pero aprendí a leer y con ello tuve acceso a periódicos y libros y cada vez me fui dando cuenta de la necesidad de que las personas mismas determinen su futuro.
Los gobiernos gigantes y paternalistas habían sumido en la desgracia al Ecuador y a mi desde temprana edad me habían hecho desconfiar de las buenas intenciones de los políticos.
Cada vez se iba fortaleciendo secretamente mi sueño, ser empresario, dar empleo y tener dinero (que para un niño de 6 años que quería expresar sus horizontes en aquellos años 80, su anhelo era tener 10, 000 dólares). Frase que se me había fijado en la cabeza.
Y a partir de ese momento nunca me olvide de pronunciar la palabra dólares, he tenido dos grandes maestros de la libertad, los cuales no son ni Mises ni Hayek, mi Madre hablando siempre sobre la importancia del dinero y a la vez su subjetividad, una vida no vale dinero, las ideas pueden transformarse en dinero, no tener dinero es una situación temporal, y todo esto con una lección grande de humildad, José Isidro, somos pobres, pero podemos aspirar a todo porque Dios nos ha enviado sanos, solo toca esforzarnos.
Mi padre con otra gran lección como de libertad económica, La división del trabajo, si quieres hacer las cosas haz las bien, mi padre nos proveía de todas las cosas materiales acorde a como podía cubrir nuestras necesidades, nunca chisto, ni renegó de porque mi madre luego de haber nacido mi hermana mayor dejo de trabajar.
Siempre fue incansable, trabajo duro para que no nos falte comida, educación y una madre abnegada en la casa. Y a la vez nunca nos aparto de su vida laboral, me mostro la bondades de la empresarialidad, también su parte mala, y en el camino tuvimos muchos ejemplos de lo que se debe hacer y no. Además siempre me explico de la manera más paciente que hacían sus subalternos y sus superiores.
Luego ya casi un joven me toco en 1998 con Mises y Hayek (me encuentro con sus libros, ellos ya estaban muertos en aquella época) en la biblioteca nacional de Santiago de Chile en un mes de Octubre.
Si ya desde siempre sabia que la libertad económica era mi camino, mi lucha y mi futuro, al leerlos dije pero si todo esto es lo que yo pienso, ahí si empezó mis continuos señalamientos y cuestionamientos sobre las cosas que ocurrían en Ecuador, empecé a escribir sobre lo que pensaba y lo que acontecía en nuestro país, y vino la crisis del 1999, la planificación central había fallado, Mahuad y sus falsas armonías con las que había engañado a la población, tal como Correa lo ha hecho ahora con su falso patriotismo y la discutible honradez de sus funcionarios, había fracasado, parecía que la crisis iba a traer las oportunidades de crear el Ecuador soñado desde siempre se venía, era inminente la llegada del progreso.
La planificación central había fallado, Mahuad y sus falsas armonías con las que había engañado a la población
Pero no fue el caso de nuestro país, los gobiernos siguieron coartando la libertad de sus habitantes, y emprender era difícil como lo aprendió mi familia cuando empezamos en 1999 con la compañía que tenemos actualmente, muy pocos visionarios se lanzaron al agua, uno de esos fue mi padre y ya la empresarialidad se había tomado el pensar de mi familia, no había otra forma de ganarle a la necesidad sino por nuestros propios esfuerzos.
Y seguí escribiendo hasta la actualidad, dialogando, dando propuestas de soluciones liberales aplicables en el país, criticando a cada uno de los gobiernos cuando las cosas no iban bien, y desafiando el fanatismo político de muchos de mis compañeros universitarios.
En 2006 el peligro de la planificación central fue inminente el candidato Correa promulgaba con una sonrisa que la intervención del estado era la solución para todas las desgracias que ocurrían en el país, y tomo la decisión de ya no escribir para mis amigos de universidad o simplemente para mí o mis allegados y tomo cuanta base de datos va llegando a mi correo y empieza la batalla que mantengo contra el socialismo hasta ahora.
En todo este tiempo hubo cierto nivel de debate dentro y fuera de internet que ha fortalecido mis opiniones.
Pero llega un momento importante en mi vida, conozco en el 2008 a Dora de Ampuero y todo por un examen médico de mi padre, el cual va a chequearse el corazón con mi hermana menor y en la sala de espera conoce a Dora de Ampuero que iba a acompañar a Enrique Ampuero a un chequeo, las 2 hablando de política y Dora que le da una tarjeta de presentación a mi hermana y desde ahí atormento a Dora escribiéndole, al poco tiempo nos conocimos en uno de los seminarios dirigido a jóvenes estudiantes y empresarios que organiza el IEEP, y empecé a asistir con frecuencia hasta que ya no me bastaba con ir a un seminario y a la emoción inicial de haber encontrado personas que piensen como yo.
Sino que decidí hacerme socio de la libertad y ahí empezó en realidad el trabajo más difícil, porque la gente no es consciente de su libertad, no la ve como un bien que puede ser robado o deteriorado.
Y vienen a veces los cuestionamientos porque escribir, porque participar en foros, eventos, conferencias, viajes y demás, a cuantas personas llegamos, porque no triunfamos aun, y la realidad despeja estas dudas.
En la cena de aniversario del IEEP me encontraba con cierto grado de satisfacción por todo lo que ha hecho el IEEP y con cierto grado de pesimismo, dije las mismas personas de siempre esos somos los que estamos, pero a veces uno no ve más allá de lo que quiere ver y de lo que desea escuchar.
Y 2 personas cambiaron mi pesimismo ese día, la primera mi amiga del corazón Dorita (la conocí como dije por los problemas cardiacos de Enrique y por los de mi padre) a quien le debo incluso conocer al amor de mi vida María Gabriela Lavaye (otra liberal perdida por ahí, alejada de la órbita del IEEP) Dora pronuncio las siguientes palabras "Vamos a triunfar, nosotros tenemos las ideas correctas" fue como un canto apocalíptico, en el mundo los ciclos económicos se están dando más rápidamente por las políticas económicas intervencionistas de los gobiernos, y cada vez que quieren trasladar la crisis a una fecha futura, este futuro nos golpea cada vez más pronto, sin duda soluciones de los monetaristas o keynesianos no serán efectivas y solo los trairan un ciclo peor.
Las palabras de Dora fueron como un aliciente para los que defendemos la libertad y la escuela austriaca de economía, el otro aliciente fue ver a una compañera de universidad ahí en la cena, y yo con tremenda vergüenza de no recordar su nombre, su rostro. Ella está muy comprometida con la libertad y espero que muchas más personas se unan a esta causa, que no es la mía, no es de Dora, es de todos los que pregonamos la libertad.
Saludos Cordiales, VIVA EL IEEP Y SU INCANSABLE LUCHA
José Isidro