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Correa convocó al “microterrorismo” que son acciones puntuales de acoso personal a sus adversarios políticos, consistente en pequeñas escaramuzas de violencia y agresión
El llamado que el ex presidente Rafael Correa haría a su ejército de acosadores virtuales desvela dos hechos lamentables: el primero es que el correísmo dispone de información personal de actores políticos, comunicadores críticos y líderes sociales autónomos; y el segundo es que están listos para utilizar esta información y buscar la intimidación física o psicológica a quienes quieran manifestar sus reparos frente al último gobierno. Esto es fascismo puro.
Los aparatos de inteligencia, contrainteligencia y las carteras de acción política del correísmo, durante años recopilaron información detallada sobre los perfiles de los actores nacionales y locales, de todos los niveles, que resultaran incomodos para el proyecto político del presidente Rafael Correa y de sus subalternos en cada circunscripción, por pequeña que fuera.
La enorme matriz de datos incluye referencias personales, familiares, académicas, patrimoniales y hasta chismografía. A ese nivel de bajeza llegó el fanatismo correista en su búsqueda de reducir a sus adversarios en el plano personal, pero no argumental.
Cualquier entrevista ofrecida por un devoto correista utiliza fielmente el mismo libreto de acusaciones personales en contra de los otros entrevistados o del mismo entrevistador. No importa si estas imputaciones son falsas o no, lo importante es decirlas para intentar acobardar al interlocutor. Pero ya pocos caen en este triste juego.
El uso de apelativos como “oposición mediocre”, “prensa corrupta”, “políticos golpistas”, “pelucones ignorantes” y centenares de insultos más, son algunas de las categorías acompañadas de afirmaciones personales sobre los interlocutores en cualquier foro. Pero entonces ¿cómo consiguieron tal nivel de disciplina discursiva? ¿Cómo lograron calcar sus intervenciones, discurso tras discurso, en la misma narrativa?
Esto no es espontáneo. Hay detrás toda una maquinaria de chismografía, financiada con dineros públicos, que alimenta a las huestes de “guerreros digitales” del correísmo que no son más que mercenarios de la reputación quienes pronto tendrán que pagar por difamar a los mismos actores políticos, comunicadores críticos y líderes sociales autónomos que el ex presidente Rafael Correa llamó a divulgar su información personal para acosar, ya no en el plano digital, sino físicamente.
Es lo que recuerda a “la noche de los cristales rotos” en la que Adolf Hitler llamó a sus grupos de choque a que cobraran venganza en contra de los judíos
Correa convocó al “microterrorismo” que son acciones puntuales de acoso a sus adversarios políticos, consistente en pequeñas escaramuzas de violencia y agresión personal protagonizada por cualquiera de sus fanáticos (llamados por él como “guerreros digitales”) y provocadas en espacios públicos.
Pero las acciones podrían escalar en violencia. Primero podrían ser insultos en lugares públicos, para después, bien convertirse en golpizas y hasta en atentados a la propiedad y la vida. La finalidad es la misma: atemorizar a quienes critiquen.
Es lo que recuerda a “la noche de los cristales rotos” en la que Adolf Hitler llamó a sus grupos de choque a que cobraran venganza en contra de los judíos, principales adversarios imaginarios de su proyecto político. Decenas de fanáticos fascistas salieron a las calles para romper las vitrinas de los negocios de los judíos atendiendo el llamado de su líder. ¿Acaso quiere una cosa similar el ex presidente ecuatoriano que ha perdido toda cordura?
¿Alguna autoridad penal ya hizo algo al respecto? La respuesta es nadie, aunque aquí hay un delito flagrante de odio.
La diferencia entre Hitler y Correa, en este asunto, es que el Führer alemán dio estas órdenes mientras tuvo todo el poder. Correa hoy es nadie. Ni siquiera en su partido tiene el poder que tuvo. Con el tiempo perderá, además, a su ejército de “guerreros digitales”, muchos de los cuales ya no tienen que insultar a nadie para conservar su trabajo en esta nueva era del dialogo del presidente Lenin Moreno.
Estas son patadas de ahogado de un Correa desmoralizado porque ya no tiene ningún poder para vengarse de nadie.
* En esta imagen consta la convocatoria a la agresión, hecha por el ex presidente Rafael Correa.