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En el pais de eterna ensoñacion.... Adiós a la división de poderes en que se fundamenta la democracia, nos despedimos a la no intervención en la justicia, y sobre todo la ilusión que aquel país aun mantiene una normativa de derecho
Érase una ves …..
Así empiezan las fabulas, aquellos cuentos que nos inducen a dormir y soñar, se trata de EL TRAJE DEL EMPERADOR.
La historia es como tantas fantasías entre Hadas Madrinas y Gnomos gubernamentales…
En un país, muy pero muy cercano, todos sus regentes, cada uno en su oportunidad, mendigaban al conclave de sabios, formas para parchar el raído traje que los aprisionaba, esos harapos fueron remendados de acuerdo a sus circunstancias, aumentando por aquí, quitando acá, hasta romperlo más allá.
Una tormenta disfrazada de equidad llega con el socialismo del siglo XXI, y trae consigo una niebla de matices VERDE LIMONADA la que iluminada por la LUNA y acompasada por algunos lobos afortunados, que decidieron refundar aquel lugar.
Modistas seleccionados popularmente, todos ellos de alta alcurnia, llegaron a cumplir la gran tarea, el diseñar el más brillante, espectacular y fabuloso traje a su majestad, lleno de pedrería finamente escogida, joyas como “el buen vivir”, perlas llenas de “el derecho al agua”, y brillantes ilusiones para “recuperar los derechos de los recursos no renovables”, además de laboriosos bordados insignes en “la aplicación ancestral justicia indígena”, impulsando así la sabiduría de la Pacha Mama, sin descuidar el fortalecimiento de la tecnocracia.
Se reunieron todos ellos en el Monte Sagrado, construyeron altares a sus deidades, sin escatimar costos, sin pensar en su posible uso posterior. Pero allí estaba, el Templo de MONTECRISTI, para idolatrar a Eloy Alfaro, Simon Bolívar, y en una forma subliminal y permanente al Che Guevara. El conjuro místico de la lucha bolivariana-alfarista era una realidad.
Luego de meses de incansable trabajo, en donde modistas españoles, venezolanos, cubanos y hasta bolivianos metieron su delicada maestría para dar los detalles que reflejara la revolución socialista del siglo XXI, sin olvidar jamás al Marxismo desterrado tras la caída de la cortina de hierro.
Esta historia no paso hace un siglo, tampoco hace una década, el traje fue creado a la medida exacta de su Majestad y regente de este inusual país, hace apenas dos años, el cual con vehemencia desde su castillo encantado en Carondelet, declaraba, con este traje todos nos vestiremos y lucharemos para ser grandes, eficientes y sobre todo autosuficientes.
La DEMOCRACIA HABLO…. Una inmensa mayoría de los habitantes de ese ingenuo país acepto el nuevo traje, con todas sus implicaciones y riesgos, con la ilusión de poder estar mejor, y sobre todo, no tener que despedir a familiares en un puerto hacia un destino incierto.
Apenas dos años de uso y ya se nota varios descosidos, otros rotos, la tela forzada ya permite ver que la afamada revolución no favorecía a los pobres, ni a los mas acomodados
Apenas dos años de uso y ya se nota varios descosidos, otros rotos, la tela forzada ya permite ver que la afamada revolución no favorecía a los pobres, ni a los mas acomodados, solo surtió un efecto benefactor para quienes permanecían como parte de la niebla cegadora VERDE LIMONADA.
Como es de suponer, este maravilloso atuendo va acompañado con accesorios de la más variada índole, de acuerdo al evento a lucirlo. En ocasiones se lo combina delicadamente con botas con punta de acero, para patear y pisotear la dignidad de quien se atreva a disentir a las proclamas de su Majestad, igualmente luce espectacular con zapatillas de valet, para bailar entre sus partidarios ofreciendo el todo y la nada, acusando al nefasto pasado todo lo ocurrido y por ocurrir, sin comentar el maravilloso futuro que se ofrecía en bandeja de plata, si solo se hubiera abierto el horizonte a la luz, de la inversión privada.
Al emperador ya no le queda su traje, pese que para su confección tomaron todas las precauciones posibles. zPor un lado una capa gigantesca que pueda cubrir todas las promesas no cumplidas. Larguísimas mangas para que sus descomunales brazos, o la de sus allegados alcancen a todo y a todos, incluyendo la justicia, la que ha sido manipulada, con infinito amor.
Los diseñadores de alta costura que participaron en la colosal tarea no olvidaron nada, incluso, como parte de aquella vestimenta entregaron a su majestad, un portafolios con cualidades únicas, en donde se escurrió la reserva de los fondos petroleros, para transformarlos en sueldos a partidarios y regalos solidarios. Mientras con artilugios el sutil regente fue tomando posesión de bienes y servicios de las empresas públicas y privadas a su antojo y voluntad. Ahora gracias a ese magistral y maravilloso traje, y sus accesorios, su Majestad controla medios de comunicación, banca, y lo requiera para alimentar su voraz apetito de lo público y privado.
No hay que olvidar las ocasiones de especiales, en donde el regente de aquel país, cuyos habitantes adormilados permanecieron, hace gala de “La Majestad del Poder”, con finos guantes para jamás no dejar huella alguna, y a la usanza de los duelos en la antigüedad, abofetea a diestra y siniestra a todos. Para luego utilizar el magullado sable de la legalidad con extrañas acusaciones de terroristas, asesinos, traidores, vende patrias, magnicidas, y demás acusaciones penales, sin fundamento ni justificación.
Pero el traje le ha quedado corto su Majestad, ahora le han crecido los brazos, y sin la menor etiqueta afirma que debe meter la mano en todo cuanto le antoje, por que es la única manera para edificar su visión del futuro y la va a imponer.
Adiós a la división de poderes en que se fundamenta la democracia, nos despedimos a la no intervención en la justicia, y sobre todo la ilusión para soñar que aquel país aun mantiene una normativa de derecho, en donde todos somos iguales ante la ley y seremos considerados inocentes, hasta que se compruebe lo contrario.
Mucho de ello ya se ha perdido con las vociferaciones sabatinas de su Majestad, las acusaciones sin la formalidad de un juicio es la estrategia a usar, y ahora con pretexto que su costoso traje, confeccionado a la medida en el Altar de Montecristi, ya no lo deja moverse a su capricho, ha resuelto ponerle elásticos, sutiles adaptaciones que llegan en una consulta popular con preguntas ambiguas, no concretas, y sobre todo van en contra del respeto a las minorías y mayorías según sea el caso.
Se reunieron Montecristi, construyeron altares a sus deidades. Pero allí estaba, el Templo para idolatrar a Eloy Alfaro, Simon Bolívar, y en una forma subliminal y permanente al Che Guevara
Este cuento es repetitivo, casi como telenovela venezolana pero aquí la vedette principal es el Ec. Rafael Correa Delgado, distinguido presidente del Ecuador.