¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Llop escriba una noticia?
Es cierto que hay que ser solidario, empático y buena persona apoyando a los demás, eso es algo tan básico como respirar... No obstante el ejercicio empieza por nosotros mismos...,
Hemos oido y dicho muchas veces "la caridad bien entendida empieza por uno mismo" y creímos entender desde el principio lo que esta bendita frase significa, pero lo cierto es que seguramente no hemos ahondado en la importancia del mensaje que contiene la "frasecita"
Si no empezamos por cuidarnos, por querernos y por respetarnos a nosotros mismos, es muy complicado que sepamos relacionarnos positivamente con los demás, porque le falta a la mesa una pata, y cojea.
Parece una tontería fácil de solucionar, algo baladí y todos pensamos que nos queremos, que nos damos el cariño y el respeto a nosotros mismos que merecemos, pero eso dista mucho de ser verdad, en muchos casos de muchas personas.
Lo que ocurre también es que en la vida que llevamos, siempre corriendo hasta para las cosas más nimias, encontrar un momento para pensar en nosotros mismos es una especie de lujo, incluso de debilidad.
Pasamos las horas y los días trabajando o buscando trabajo, y nos olvidamos de vivir, de pensar en nosotros mismos.
No hablo de las personas a que les van bien las cosas, ni de las que les van regular e incluso mal, hablo en general, que se que es una forma "inculta e incompleta" de hablar, pero no se puede conocer a todas las personas y tengo que decir lo que pienso... qué le vamos a hacer.
No aprendemos a decir "no" antes las presiones de otras personas, no aprendemos a buscar ni a encontrar nuestro lugar.
No me refiero a "quítate tu que me pongo yo" en absoluto, sino a ir encontrando con temple y educación nuestro espacio, nuestro lugar en el mundo laboral, social y familiar.
Espacio que suelen ocupar personas que no respetan a nadie más que a si mismos y a los suyos y para los que todo son derechos.
Ahora parece que se ha perdido un poco el respeto a los demás y muchas personas llegan y cogen lo que quieren sin pedir permiso y sin saber si es para ellos, la sociedad parece ser más egoista que nunca y más irrespetuosa.
Lo que soy, se puede tergiversar tan fácilmente que da miedo más que nunca sacar los pies del tiesto y decir lo que se piensa...¡¡¡ Uyyy que peligroso es !!!
¿Alguien puede poner límite al egoísmo del que está a su lado, enfrente o un poco más lejos? ¿Alguien puede y/o se atreve a hacerlo?
Pienso (y seguramente es muy discutible) que actualmente ser buena persona es más que nunca ser o parecer tonto, dado que la frescura y el egoísmo propio, campan por sus respetos y además son admirados por los demás.
No obstante eso, aparte de tragar sapos (cosa que no podemos dejar de hacer porque somos muchos y distintos) hay que saber nadar y guardar la ropa, y aprender a exigir respeto a los demás.
Para que los demás nos respeten, hay que adoptar a veces (quizás más a menudo que nunca) posturas firmes y un tanto egoistas tanto en ideas, como en espacios y como en trabajo.
No sólo hay que decir "no" sino que además debemos de asegurar nuestra opinión, nuestra posición, siempre desde el respeto a los demás, pero sin caer nunca en la memez, con energía y todo el convencimiento que nos da nuestro derecho a ser nosotros, y sobre todo con rotundidad y sin dudas.
Creo que la actual sociedad lo que menos respeta es la debilidad, y aunque dice odiar la agresividad, me da la sensación que defiende sus privilegios, sus status por encima de todo y todos, sin ambages ni vergüenza, y al parecer a veces sin cumplir ninguna regla de protocolo ni educación.
Por lo cual, debemos de frenar ese ataque a nuestra personalidad con firmeza y educación, y si hace falta con algún que otro bufido, eso si que no se oiga muy fuerte, porque en esta sociedad actual que es bastante falsa, el que pierde los papeles (aunque tenga la razón) pierde la razón y mucho más.
Ser en ésta época señalado como irascible, es algo como decirte lo peor que te puedan decir, aunque la irascibilidad la causen los ladinos con sus juegos ocultos y sus ataques solitarios, de los cuales suelen salir (mira tu por donde) indemnes.
Os deseo suerte y mucho cuidado ahí fuera, mucho cuidado porque ahora ser malo es fácil hasta para los buenos.