Las recientes marchas dejan dos lecturas. Se fortalecieron dos bandos. Ambos se proclaman vencedores. Esto es preocupante porque así triunfan las tesis que fracturan a la sociedad en dos para que los detentadores conserven su poder. Divide et vinces, divide et impera. Entonces aparecen los patriotas y los despreciables vendepatrias. Es el triunfo del populismo.

Desaparecieron los matices. Aparece la confrontación, la pelea, el odio. Salen de la sombra los devotos, los fanáticos y los radicales. Lo peor de la política está surgiendo con la desaparición del sistema político en Ecuador. En todo sistema de instituciones, cohabitan en la administración del poder los partidos políticos organizados que compiten, se controlan, y administran el gobierno. Las oposiciones existen para fiscalizar los actos de la administración pública y representar a la facción crítica al régimen.

El presidente Correa desprecia a sus críticos y los llena de calificativos despectivos. Son conspiradores, pelagatos y vendepatrias. Ya no hay espacio al aporte crítico porque este tipo de líderes no se equivocan jamás. Todos sus devotos deben renunciar a su criterio y enlistarse disciplinadamente en un dogma que se impone en sus aparatos de información. La educación superior, la comunicación social y la administración de justicia son los blancos permanentes de la verdad oficial. Necesitan imponerse libremente en estas tres instituciones sociales, para aplastar a los críticos con sus verdades.

El presidente Correa desprecia a sus críticos y los llena de calificativos despectivos

Su principal proyecto de educación superior está fracasando con denuncias de despilfarro y nepotismo; los medios informativos, con sus sesgos y debilidades, se enfrentan a una persecución y censura permanentes por los organismos creados ad hoc por este régimen; y la administración de justicia presenta casos inauditos como el del médico que fue injuriado, que intentó defender su honra profesional en los tribunales y que la acusación fue invertida en sentencia acusándolo a él de injuriador, todo por ser un contradictor público del presidente Correa.

Según las cifras del Banco Central, analizadas por Eduardo Valencia, economista y académico, este gobierno dispuso en estos casi nueve años de 220 mil millones de dólares, de los cuáles 74 mil millones corresponden a los ingresos petroleros, lo que demuestra que el mayor ingreso en las arcas fiscales no es la explotación del mineral, sino los impuestos. Agrega que 34 mil millones de dólares han financiado subsidios y privilegios a los más ricos, mientras que menos de una décima parte está destinada a subsidiar a los más pobres. Hay carreteras, escuelas y hospitales, pero ¿realmente este es un gobierno de izquierda?

El empresariado se opuso al paro. Los principales líderes de la derecha, en las administraciones municipales de las dos capitales del país se mantuvieron al margen de las marchas. ¿De dónde sacan los correístas que el descontento social viene de la extrema derecha? Para ellos todo crítico está en el mismo saco: el de los vendepatrias, de los conspiradores y de la extrema derecha. Mientras tanto el país desaparece ante la ausencia de fiscalización al gobierno más rico de la historia republicana.

Lo peor de la política está surgiendo con la desaparición del sistema político en Ecuador

@ghidalgoandrade