El 10 de abril, en Quito, varias decenas de correistas marcharon en contra del presidente Lenín Moreno, su antiguo copartidario. En una de las imágenes que circula en las redes sociales del internet se puede ver claramente a altos dirigentes durante el anterior gobierno, saltar y corear una extraña consigna: “y va a caer, y va a caer, el patuleco va a caer”.

La bajeza de insultar a alguien por su condición física es propia de los correistas. Denigrar con calificativos que van desde gordita horrorosa, pitufo gruñón, enano miserable, bestias salvajes hasta un sinfín de variantes, no es una novedad en su tendencia a la procacidad. Pero lo que llamó la atención es que detrás del insultó se escondía el destinatario de la consigna que es aquel a quien va dirigida una amenaza puntual. Es “quien va a caer”. ¿Quién es ese que va a caer? ¿Va caer de dónde?

Luego, los mismos dirigentes de la marcha se delataron. Dijeron que en su cántico amenazador no mencionaron a ningún patuleco, sino directamente al presidente Lenín Moreno, y que llamarlo así, como patuleco, es un montaje de la prensa mercantilista y de la derecha internacional. Está bien, entonces ¿Lenín Moreno es quien va a caer?...    

Según la Real Academia, un patuleco es una persona de pies torcidos o que camina tambaleándose.

Si dijeron que “el patuleco va a caer”, entonces ésta podría ser una amenaza dirigida en contra de cualquier persona, lo que los mantendría a salvo de cualquier acusación penal en su contra por desconocer un régimen constituido. Eso fue lo primero que a cualquiera se le pudo pasar por la cabeza: estos cínicos recurren a la infamia del insulto para esconder sus intenciones golpistas.

Entre los destemplados estaban la ex presidente de la Asamblea Gabriela Rivadeneira, el ex canciller Ricardo Patiño, los actuales asambleístas Carlos Viteri Gualinga y Soledad Buendía

Entre los destemplados estaban la ex presidente de la Asamblea Gabriela Rivadeneira, el ex canciller Ricardo Patiño, los actuales asambleístas Carlos Viteri Gualinga y Soledad Buendía, además de otros altos dirigente de la década perdida, que se mostraron indignados al saber que la opinión pública rechazaba sus insultos a la condición humana del presidente Moreno. Entonces, corrieron a aclarar las cosas. Dijeron que jamás insultarían a una persona por su situación física, que el golpe de Estado no iría dirigido en contra de ningún patuleco, sino que estaría dirigido en contra del presidente constitucional, insinuaron.

La honorable Rivadeneira hasta pidió “elevar el debate”. Solo los sectores más retardatarios del país estarían de acuerdo en debatir sobre su plan para bloquear las instituciones representativas y anticipar las elecciones; presionar la renuncia del presidente Moreno o, directamente, para provocar un golpe de Estado, tras llamar a las puertas de los cuarteles e incitar una insurrección armada.

Con la aclaración hecha por los mismos dirigentes de la protesta, la amenaza apunta en contra de una sola persona: el presidente constitucional Lenín Moreno Garcés. Entonces, quien está amenazado de caer del poder, a confesión de parte, es el presidente de República. Los fanáticos correistas, a través de este cántico, están apostando por calentar las calles y crear un clima de convulsión para intentar urdir un golpe de Estado. Quedan al descubierto, estos extremistas quieren recuperar el poder por la vía violenta.

@ghidalgoandrade