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El anticorreismo

04/04/2020 23:35 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Me rehúso a este plan abusivo. Sin anticorreismo no habrá correismo. Solamente quedará un manojo de delincuentes y de defensores de delincuentes canturreando su perorata de la década ganada

Estoy cansado de eso llamado anticorreismo. Hoy la tragedia de la pandemia es un campo de batalla y aparecen tantos desesperados en apropiarse del sufrimiento de las víctimas como de capitalizarlo electoralmente. Ni los centenares de fallecidos o cuerpos en las calles les importa. Es la carta que se juegan los miserables. Lo tienen todo ensamblado. Tras implantar la propagación del pánico después se victimizan. Su intención es dividir la escena entre correistas y anticorreistas. Esa es la mayor falsificación de la sociedad.

Los deudos y dolientes de esta tragedia, el personal de salud, de seguridad pública y del Estado, de aseo y más no miran las redes sociales. No les interesa eso. Quieren enterrar dignamente a sus muertos, quieren volver y proteger a sus vivos. ¿Quiénes tienen redes sociales? Pocos ciudadanos, además de periodistas, analistas y opinadores son los únicos que tienen y se interesan en las redes sociales. La disputa es con estos ecuatorianos para sembrar la sensación de derrota moral frente a la pandemia. Fracturar este campo les resulta urgente.

Pero ambos actores entrados en disputa son irreales. Instalar en el imaginario de las personas la idea de una pelea entre dos sectores ficticios de la sociedad, les da vida política. Esta situación sensible es su caldo de cultivo. Sin anticorreismo no existe un correismo. ¿Qué es el anticorreismo? No es nada, no es nadie. Es parte de la fractura imaginaria que necesita imponer un grupo de cobardes apandillados para tener con quien discutir, redimirse y aparecer en la realidad. Su vía para el retorno al poder es la queja y el ridículo.

Hay una crisis sanitaria mundial, los hospitales están desbordados, el personal sanitario carece de material, la gente muere en sus casas o en las aceras y hasta se desploma en medio de la nada en Guayaquil, pero a esta gente lo único que le importa es decir que la prensa miente. Que la prensa, que el gobierno, que la gente mienta es secundario para estos. Lo que buscan los sinvergüenzas es mantenernos distraídos con peleas inútiles, que nos dividamos como ecuatorianos, que no juntemos esfuerzos y que seamos dos sociedades: correistas y anticorreistas.

Hay una crisis sanitaria mundial, la gente muere en sus casas o en las aceras y hasta se desploma en medio de la nada en Guayaquil

¿Por quién nos enteramos todos de la desgracia de Guayaquil, del desabastecimiento, de los fallecidos en las veredas, de la gente indolente y de la gente empática, del dolor de quienes perdieron y de la alegría de los que recuperaron? Por la prensa que tanto odian los correistas. Nadie niega la tragedia de Guayaquil. Ni sus muertos, ni su abandono, ni su dolor. Solo estos estafadores atribuyen un imposible negacionismo a un enemigo imaginario llamado como "prensa corrupta", la misma a la que convencieron con muchas noticias falsas regadas en las redes.

Esa misma prensa es insultada por estos rufianes y su líder, la misma prensa que hoy entrevista a su mesías bajado de las insondables alturas de la divinidad. Manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes. Ridículos. En la misma CNN, a la que llegó a calificar como “manipulación disfrazada de prensa”, Correa fue entrevistado ayer. Mandó abrazos y besos a sus periodistas y empresarios a quienes antes aseguró detestar. Maldito capitalismo. ¡Cuánto cinismo y desvergüenza, compañerito!

Me rehúso a este plan abusivo. Sin anticorreismo no habrá correismo. Solamente quedará un manojo de delincuentes y de defensores de delincuentes canturreando su perorata de la década ganada y sus lloriqueos de libreto militante. Hablarán solos y entre ellos. Nadie los mirará siquiera.

Así tendremos la libertad de juntarnos entre todos, entre disimiles, discrepantes o afines. Entre las muchas y muy distintas formas de pensamiento colectivo e individual. Hoy que quieren dividirnos, hay dos virus que enfrentar: uno del cuerpo y otro del alma llamado mezquindad.

Nadie niega la tragedia de Guayaquil. Ni sus muertos, ni su abandono, ni su dolor. Solo estos estafadores atribuyen un imposible negacionismo a un enemigo imaginario

@ghidalgoandrade


Sobre esta noticia

Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (384 noticias)
Visitas:
3660
Tipo:
Opinión
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