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Por amor todo vale la pena, los sacrificios que ponemos en nuestra vida tienen frutos que nos dan felicidad, y no importa la edad, lograremos lo que deseamos si ponemos empeño y mucha fe
Nuestros sueños muchas veces vemos perdidos porque no tenemos la fuerza necesaria para hacerlos realidad a pesar de que nuestras esperanzas nunca se terminen, les voy a contar la vida de María Azucena que lucho y no pudo lograrlo porque no pudo vivir su vida, cuando tenía veinte años, soñaba en ser una profesional, no lo pudo hacer por falta de dinero, venia de una familia de bajos recursos, lo único que consiguió es una carrera ténica como auxiliar de contabilidad, tubo que conseguir un empleo para ayudar a mantener a sus hermanos menores, eran seis, todos pequeños, su familia vivía del trabajo de su padre quien ganaba poco y era alcohólico, la mayor parte del dinero que ganaba se gastaba con sus amigos, su mamá trataba de aliviar en algo las necesidades haciendo trabajos manuales los vendía y tenia por lo menos para una leche de sus hijos, María Azucena siempre ayudo a su madre porque era la mayor de todos, estudiaba con mucho empeño para ir a trabajar y salir de esa situación tan dolorosa, terminó sus estudios y logró un Bachillerato, enseguida encontró un trabajo, como era una persona recién graduada le pagaban el mínimo, con eso podía cubrir las necesidades de su hogar, ayudo a culminar el estudio a sus hermanos, quienes poco a poco fueron haciendo sus vidas, cada uno formo su hogar, su familia fue aumentando, la lucha de María Azucena tubo frutos, consiguió que sus hermanos fueran hombres de bien, su madre murió al igual que su padre, se dió cuenta que se olvido de vivir su vida, cuando se dió cuenta los años habían transcurrido sin darse cuenta, estaba sola, sin esperanza de encontrar un amor, de tener sus hijos, de tener una familia como cualquier ser normal, dejo sus sueños guardados en un cajón que nunca abrió, todos eran felices pero María Azucena perdió sus mejores años sirviendo a los demás sin darse cuenta que su vida se iba estancando día a día, pero su lucha fue mayor porque al ver sus sueños rotos pensó como hacer para seguir viviendo al servicio de los demás, ingresaría de voluntaria a algún centro de salud o quizá a una guardería infantil, lo importante era sentirse útil, la edad no era obstáculo para el servicio, pero recordó el gran sueño que tenía, fue a ver si había la posibilidad de ingresar a la universidad y conseguir una titulo profesional, soñaba en ser médico, fué un poco difícil pero lo logro, todos se preguntaban que hacía esa persona tan mayor en la universidad si su tiempo de estudios ya había pasado hace mucho, cuando ingreso a su primera clase todos se asombraron pensaron que era la maestra, pero era de tan avanzada edad que les pareció raro, la mayoría de los maestros eran jóvenes y la señora que ingresaba al curso era muy mayor, cuando se sentó en el primer asiento de la clase todos le preguntaron que hacía ahí, ella con orgullo les dijo que era compañera que iba a estudiar al igual que ellos su deseo era aprender, todo asombrados trataron de ayudarle para que su estadía en esa universidad fuera fácil, hizo amigos como nunca imagino, sus maestros la apreciaban tanto que la tomaban de ejemplo para todos los jóvenes, no culminó sus estudios porque su avanzada edad no lo permitió, pero por lo menos intentó, aprobó hasta el tercer año, se retiro porque su salud no le permitía ir y venir, ahora vive con uno de sus hermanos cuidando de sus sobrinos y enseñandoles a vivir sus propias vidas, todos los amigos universitarios la visitan constantemente para contarles como siguen en sus estudios y sobretodo le piden consejos para seguir adelante en sus propias vidas, María Azucena alcanzo la felicidad dándose a los demás, ese sacrificio de su vida la ha llenado de mucho amor para dar, y su gran recompensa es una paz profunda en su corazón.
Darnos amor vale la pena vivirlo
Si queremos triunfar luchemos por nosotros con esperanza, no todo es malo, la vida es hermosa y tenemos el tiempo necesario para compartirlo con los que queremos y ayudemos mientas nos ayudemos a nosotros mismos, la felicidad esta en nuestras manos y en ellas la tendremos mientras haya vida, luchemos porque nuestros sueños se hagan realidad no importa el tiempo que nos tome, hagámonos con mucho amor.