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El fiscal ha procesado penalmente a los jueces de la corte constitucional que exculparon a villalta, sentenciado por violación a una menor
A pesar que fue sentenciado, por el delito de violación a una menor de 12 años, por la Corte Nacional de Justicia, la Corte Constitucional le exculpó, con el peregrino argumento que el delincuente era un activista ambiental perseguido por las empresas madereras.
El activista Villalta está libre, mientras la niña, a la que violó, sufre las consecuencias sicológicas y físicas de la brutal violación.
El Fiscal General ha iniciado un proceso penal en contra de los jueces de la Corte Constitucional que exculparon a Villalta, sin considerar que había sido sentenciado sobre la base de pruebas concluyentes, entre ellas, el reconocimiento médico al cuerpo de la niña.
Tan grave fue el delito cometido por el activista que la Asamblea Constituyente de Montecristi no lo incluyó dentro de la lista de los que se beneficiaron de la amnistía aprobada.
Cuando la Corte Constitucional conoció el pedido del activista de que se lo exculpe por el hecho de que su nombre fue mencionado en las sesiones de una de las comisiones de apoyo de la Constituyente que elaboró el informe sobre la amnistía, el Ministro de Justicia y unos pocos asambleístas de País, más por pudor político que por convicción, pusieron el grito en el cielo.
No hubo, en todo caso, argumento o protesta alguna que impidiera a la Corte liberar de culpa a Villalta. Sus amigos de la Corte Constitucional estaban dispuestos a exculparle, pese a quien le pese.
Utilizaron las declaraciones de la niña y de algún otro familiar, hechas en una radioemisora vinculada a ese tipo de activistas, para poner en tela de juicio la sentencia de la Corte Nacional de Justicia y, por esa vía, hacer del condenado un inocente más y de la víctima una víctima más.
Mientras el violador tenía conexiones con los camaradas de la Corte, la humilde niña no tenía otro refugio que el que le proporcionaba su pobre familia.
Al poderoso y bien conectado violador, ahora libre, le defienden el Presidente de la Corte Constitucional y algunos asambleístas de la revolución ciudadana. Estos días, una asambleísta gobiernista, con gritos desesperados, en lugar de solidarizarse con la niña violada, elevó a Villalta a los altares. No le importaron las pruebas, las sentencias ni el dolor de la niña y de su familia. ¡Increíble!.
El violador fue exculpado por su condición de activista ambiental cercano a los revolucionarios ciudadanos
A la víctima, por el contrario, le defiende su familia, con la compañía silenciosa de una ciudadanía cansada de tantos abusos.
Para liberar al violador, los jueces de la Corte no pensaron dos veces. Bastó que sea activista, camarada y compadre, para exculparlo.
La condición de ambientalista le sirvió a Villalta para burlarse de la justicia ordinaria. Su supuesta vocación verde le ayudó para no cumplir la condena por violación a una menor de 12 años.
¿Cómo se sentirán los auténticos ambientalistas ante el mal uso de la vocación ambiental?.
El Coronel Carrión está preso por una declaración. El Mayor Araujo está detenido por haber presenciado una manifestación policial. Varios jóvenes universitarios tienen órdenes de prisión por haber exigido que el canal de televisión estatal transmitiera información completa de los acontecimientos del 30-S.
Villalta, en cambio, está libre, a pesar de haber sido condenado por el delito de violación, gracias a la ayuda de sus camaradas de la Corte Constitucional.
Ojalá el Ministro Fiscal procese penalmente a los autores de un perdón tan repudiable y, así, devuelva algo de esperanza a las víctimas de violaciones sexuales.
La niña violada debe tener la seguridad que la gran mayoría de ecuatorianos desaprueba y condena la actitud de los jueces de la Corte Constitucional y de los asambleístas que contribuyeron a liberar a un violador de una condena firme.
Fue liberado por la corte constitucional a pesar de haber sido sentenciado por violación